Si te envían, ¿adónde vas?

… si te envían, ¿adónde vas?, ¿adónde?… has visto que te dicen o dices: “ven aquí, ve allá”… en algunas partes los «poderes» se precian de enviar a otros, no a sí mismos, para aquí o para allá… y, sin embargo, cuando la gratuidad te envía no te vas a ninguna parte… a ninguna parte que no sea la descubierta en tu interior, en tu corazón, fecundada por la misma gratuidad… no, no te vas nunca cuando descubres el paraje verdadero, el “claustro” que carece de supuestas ruedas, que sólo está «quieto» en el amor de Dios y de los hermanos… las ambiciones multiplican las inquietudes y desafían la paz que desciende de lo alto y que te lleva más allá de inquietudes y zozobras… no, no te vas si permaneces en el Corazón del Señor que es, desde luego, tu corazón… por más que ensayes mil cálculos y doscientos mil proyectos, estarás siempre “quieto” en el corazón… ¿dónde están los cambios si al partir te vas sin llevar nada?… permanece en paz y entrégate sin medida, entonces nada ni nadie podrá jamás apartarte de ese Centro en el que ya habitas en modo inalienable… la #rosasinporqué no vive pendiente a dónde debe ir, la gratuidad la establece allí o aquí y siempre se sabe enviada… ¿vives inquieto preguntando adónde debes ir?, ¿has encontrado tu meta en la hondura de tu corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 6,7-13)…