¡Si nada eres, todo lo eres en Quien te conoce y ama!

… “caminante peregrino”, presentar, ofrece, es “pasar más allá” o “penetrar más allá”, o “más aquí”… quizá “regresar” sin pausa a la ermita interior… ¿se trata de “mediaciones”?… no, son alusiones a la Realidad que no tiene expresión… pero, ¿cómo?… morar en los ojos de Dios es siempre ser conocido, contemplado y amado, es reconocerte en Él… ¡pero tampoco son suficientes estas palabras!…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, tú sabes que tu casa, tu morada… es un Corazón que no puedes delimitar ni imaginar… “hoy estarás conmigo en el Paraíso”… esto puede ser leído y orado escuchando (en el silencio que gesta toda palabra) como “ahora mismo estás en mi Corazón”…

… y no sólo “estás”… ¡sino “eres”!… y más todavía, que no es cuestión de delimitar nada, porque no puedes imaginar ni circunscribir el Don de Dios… en suma: ¡si nada eres, todo lo eres en Quien te conoce y ama!…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, presentas y ofreces tu vida… y la vida de los tuyos… para luego “regresar” al Corazón de tu Señor amado y continuar “creciendo” y “fortaleciéndote”… no te alejes, pues, de tu Morada, no te distancies de tu ermita interior… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 2,22.36-40: “… el Niño iba creciendo…”)…