Sentado junto al mar

… sentado junto al mar, y aprender a esperar… contemplar en la noche las estrellas, y aprender a esperar… tomar de la mano a un enfermo, y aprender a esperar… velar el sueño de un niño, y aprender a esperar… mirar a los ojos a quien se ama, y aprender a esperar… pasar horas estudiando, tomar las herramientas de trabajo, y aprender a espera… ponerme de rodillas, cerrar los ojos, rezar, y aprender a esperar… dejar la semilla en la tierra, dar un consejo, educar, y aprender a esperar… toda la vida, cada hora, cada situación es oportuna para aprender a esperar… a veces es el cuerpo, siempre alerta mientras duerme el alma, el que recibe primero, Señor, tu llegada impredecible en medio de la noche… has entrado sin ruido en mi casa cerrada, has distendido mis nudos y has abierto el último balcón de mis pulmones a la brisa… tu levedad de aurora se ha encarnado por sorpresa… entonces mi espíritu despierta y se da cuenta que has llegado… me dejaste tu presencia encaminando tu Visita por mis huesos y memorias… y ya te has ido en silencio dejando mi ventana abierta a todo el sol de la mañana… la #rosasinporqué aprovecha cada momento y cada situación para aprender a esperar con gratuidad… ¿aprovechas cada momento y cada situación o vives distraído y como si nada?, ¿qué esperas de la Venida del Señor?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 13,33-37)…