Secreto maravilloso, que es la vida, que es la gratuidad

… secreto maravilloso, que es la vida, que es la gratuidad… ¡cuántas veces olvidas lo más simple y directo!… pero allí estas porque… ¿por qué?… golpeas puertas pequeñas, muy pequeñas, y descuidas que hay alguien a tu puerta, ya en tu corazón, que aguarda tu atención y adhesión… «aquello», o «aquél», no es «objeto”, ¡no reduzcas tu visión interior!… deja que la gratuidad ponga en ti sus señas, en todos tus gestos, en todas tus palabras… que no seas un número cualquiera, un trozo solo de identidad perdida confundiéndose… deja que se marquen bien las caricias, que trace un signo de ternura en tus manos… que las huellas de tus pies al andar marquen tu paso desigual, perfecto e invisible por la tierra… no consientas que se borren las voces de tus hermanos, no temas que se anulen tus palabras… y que te pierdas anónimo y sin luz sin yo ya propio, aunque con identidad… tan libre has de estar, lejos de los senderos uniformes, que estarás contra ti mismo pero con todos… la #rosasinporqué sabe que sin la gratuidad “no es” ni “nada puede”, ya que subsiste gracias al “te quiero porque te quiero” y nada más… ¿a qué estás adherido que todo lo tuyo depende de “eso”?, ¿sirves a dos señores y tambalea tu adhesión profunda por inseguridad, por ambición, por mezquindad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 11,14-23)…