Se escuchan a los zorzales cantar

… se escuchan a los zorzales cantar, se encienden las luces de un nuevo día, no para que “actúes” sino para que “alabes y sirvas”… la mayor invitación que esta «hora» te ofrece es aquella de entrar, antes que nada, en el secreto interior de tu corazón… y no porque a tu alrededor sólo topes con ilusiones o desilusiones, sino porque es propio del que vive agradecido alcanzar ese “horizonte” que levanta al cielo, que dice de Dios… ese «horizonte» no está lejos, ¡está aquí!, y es ¡tan inmediato!… descubrir esta realidad asombrosa te desafía a una conversión sincera y a una delicada consagración… «descendiendo» al corazón comienzas el retorno a casa, a la Casa de tu Padre… todo empeño en esta “senda” te parecerá lento y de modestos, muy modestos resultados… sin embargo has de tener en cuenta que lo que se sigue a tu decisión es patrimonio del silencio, de la delicadeza y de la gracia de Dios… no es ruidoso… es hora de cerrar la puerta de tu habitación y sumergirte en la intimidad de Dios… el Niño Dios fue presentado por sus padres en el Templo, ¡deja que te “presente” ante Dios en tu corazón!… la #rosasinporqué se deja presentar por la gratuidad a aquellos que la contemplan… ¿comienzas el día con una oración en el templo de tu corazón?, ¿ya le has presentado al Señor a los tuyos amados?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 2,22-40)…