Se dan extrañas sorpresas en lo «cotidiano»

… se dan extrañas sorpresas en lo «cotidiano»… en efecto, el tejido de sucesos que te rodea hace difícil desatender ciertos reclamos que parecen determinantes, aunque no lo son… volver a lo esencial, que no significa menospreciar nada, comporta redescubrir tu condición profunda, el «fondo del jardín de tu corazón»… es decir: la gratuidad… tu vida auténtica y honda, no está «condicionada» por desvelos exteriores (¡los que sean!), sino que es descubierta cuando precisamente quitas, de algún modo, los accidentes que te distraen…esos «accidentes» no son solamente los que tienes por tales apresuradamente… lo que te distrae y te deja inerme es el «apartamiento» de la «gratuidad», cuando te quedas a veranear en las mezquindades y olvidas el íntimo valor y ordenación de todas las cosas… sé agradecido siempre, sin retroceder ante los desengaños o las «probabilidades» que tantos esbozan y comunican… la #rosasinporqué no descuida su interior de gratuidad, por eso vive en paz y alegría a pesar de las tormentas… ¿ordenas todo tu interior en la gratuidad o dejas espacios para la mezquindad?, ¿sabías que si cuidas el orden el orden te cuidará a ti?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 11,15-26)…