“Sábado”, día de descanso

… “sábado”, día de descanso para contemplar desde adentro lo realizado en los días de trabajo… contemplar desde adentro, Señor, es existir en Ti, en tus afanes, a tu ritmo y en tu tiempo… existir en el tiempo es acoger lo nuevo en el instante justo en que aparece en mi fantasía, en mi diario, en mi espejo, en mi cuerpo… existir en el tiempo es sorprenderme por el brote tierno amaneciendo desde la corteza áspera de mis inviernos… es quemar mi presente al ritmo exacto de tu Espíritu… es ser llama vertical e inmóvil en la altura de la vela, que arde sin consumirse en tu Soplo imperceptible de respirar íntimo… o ser llama doblegada, horizontal, convulsa, casi arrancándose de la cera, por la pasión excesiva de tu Espíritu huracanado, que a ritmo de vértigo me quema y me devora, disolviendo mi estatura… existir en el tiempo es darle un abrazo y decirle adiós a lo mío que ya es “otro”, y tiene que recorrer su propio camino… existir en el tiempo es despedir lo mío en su último aliento, que ya cumplió su jornada para llegar el día después del sábado, el Domingo, al Encuentro definitivo sin relojes… la #rosasinporqué vive en el tiempo más allá del tiempo, trascendiendo por la gratuidad… ¿vives pendiente del tiempo o vives en el tiempo con tiempo?, ¿qué haces los domingos?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 2,23-28)…