Resulta muy hipócrita el discurso de quienes se sienten en posesión de la verdad

… resulta muy hipócrita el discurso de quienes se sienten en posesión de la verdad cuando los números o las estadísticas les resultan favorables, parece que lo tienen todo claro, que nunca dudan, que desayunan con Dios que les da instrucciones todas las mañanas… parece que son los garantes de las esencias, los perfectos, saben muy bien condenar aquello que no les afecta… decretar que algo es verdadero, porque la mayoría así lo desea o lo vota, prescindiendo del “ser”, del contenido, es la tentación de las ideologías… la lógica de la argumentación ideológica es impecable, pero está viciada en el punto de partida… se divide al mundo en buenos y malos, los míos y los otros… lo mismo da si se habla de política, de religión, de economía… pero no todo da igual, hay cosas buenas y malas, y nadie está en posesión de toda la verdad… ojalá supieses aceptar tu propia dosis de equivocación y respetar el desacuerdo con otros, ojalá el diálogo fuese en tu manera de actuar menos un eslogan y más una forma de profundizar en las cosas, ojalá tratases de descubrir la parte de razón que tiene el otro, porque de otro modo, terminas etiquetando siempre al que piensa distinto… pululan los maniqueísmos de todo extremo, descalificando sin más al otro, creyéndose tristemente perfectos… la #rosasinporqué busca desde la gratuidad la perfección más en el “ser” que en el “hacer”, ella es antes que nada “buena”… ¿buscas ser bueno o sólo hacer las cosas bien?, ¿distingues entre perfección y perfeccionismo?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 5,43-48)…