Que no tienen la cantidad

… ¿qué no tienen la cantidad y el número que resultan insuficientes a la hora de conocer el corazón humano?… si todo lo humano se encuentra encuadrado en el tiempo y el espacio, ¿por qué contar y calcular son herramientas tan pobres para saber la riqueza del que da?… la mano da lo que el corazón le manda, y lo mismo pasa con las palabras y las miradas… que de la abundancia o mezquindad del corazón hablan las manos, la boca, los ojos, la persona humana… ¡mírame Tú, Jesús de Nazaret, como miraste a la pobre viuda en el templo!… que yo sienta posarse sobre mí tu mirada libre, sin esclavitud de cantidades, sin exigencias que me ignoren, sin la distancia que congela, sin la codicia que me compre… que tu mirada se pose en mis miserias, y se filtre hasta los rincones inaccesibles donde te espera mi yo desconocido, sembrado por Ti desde mi inicio… y que, entonces, germine mi futuro rompiendo en silencio con el verde de sus hojas la tierra machacada que me sepulta y que me nutre… ¡déjame entrar dentro de Ti, para mirarme desde Ti, y sentir que se disuelven, tantas miradas propias y ajenas que me deforman y me ignoran!… que “dos” es “mucho más” que todos, y “uno” siempre “mucho más” que el resto… la #rosasinporqué no anda calculando lo que da, porque la gratuidad hace que siempre lo de todo… ¿contabilizas lo que tu corazón da y comparte?, ¿das poco, mucho o todo?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 21,1-4)…