¿Qué gloria se alcanza en el despojo

… ¿qué gloria se alcanza en el despojo?, ¿existe un despojo que glorifica?, ¿qué gloria brilla en el barro y que embarrado no piensa que ha fracasado?… ¡cuántos viven pendientes de sí mismos y de sus cosas, buscando aquello que los glorifique y selfeando momentos pasajeros para obtener insulsos “me gusta” que satisfagan una baja estima… Señor, Tú nos has mostrado otro camino… nos enseñaste que cualquier segundo es una puerta para entrar en tiempo, y que todo centímetro es una tierra que lleva tu huella… que cada color y cada aroma nos hacen sentir tu fantasía jugando hacia el infinito… en cada mirada se asoma la intimidad de tu misterio, todo golpe de azada cae sobre la tierra con certeza de cosecha, cada canto verdadero trae el rumor de la Fiesta que ya empezó eterna al final del camino… Señor, no puedes perderte en una clandestinidad absoluta: ¡nos moriríamos en tu ausencia!… ni puedes revelarte en toda tu grandeza: quedaríamos absorbidos en el resplandor de tu Gloria… ¡Tú eres el Señor de la justa cercanía!, del sacramento necesario que nos permite irnos haciendo, sin tanto frío y noche que quede crudo nuestro barro, ni tanto sol y mediodía que tu fuego nos calcine y no seamos… la “rosa sin porqué” es poesía de gratuidad, por eso es hermosa aún en el barro… ¿cuál es la gloria a la que aspiras?, ¿te glorificas en las glorias de los tuyos?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 17, 1-11ª)…