Preparar la tierra para siembra

… preparar la tierra para siembra, disponer el corazón para la escucha… sembrar, dejar que la semilla llegue al surco abierto en la tierra… escuchar, dejar que la palabra llegue a anidar en el corazón… decir el silencio, ¿es posible sin romperlo?… hoy el silencio es diáfano y madrugador con el día que se me regala… en mi cuerpo aún escuecen las heridas de ayer, pero en paz, el cansancio descansado ya no tiene miedos ni fantasmas… ni mi oración anda febril estirando las palabras para que encierren toda mi vida… ¿será esta calma, la entrega de todo lo sufrido, la apertura al agua de la vida entrando por las heridas, la confianza sin estridencias, los deseos sumergidos en tu abrazo, la ansiedad de mi mañana en la mañana rendida a tus ritmos y sorpresas cuando empiezas, Señor, a sembrar?… silencio, ¡ven en mi ayuda!, tú que sabes decirlo todo… la #rosasinporqué está siempre dispuesta por la gratuidad para toda siembra… ¿cómo te preparas dispositivamente para la escucha?, ¿qué lugar tiene el silencio en tu vida?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 8,4-15)…