¿Pobres?, ¿mendigos?, ¿necesitados?

… ¿pobres?, ¿mendigos?, ¿necesitados?… ¿quiénes?… me encontré con muchas manos tendidas, con muchos cansados sentados al borde del camino, con muchos perdidos deambulando buscando la vida, una mirada, una palmada, un abrazo, una caricia, una familia… a veces ciegos que veían, sordos que escuchaban, paralíticos que caminaban, muertos que vivían… los años largos de pesares y de miserias, arrastrados como sus pies ajados, sus rodillas dobladas, se remansan en ellos como un lago de penas presentidas… y cuando, desde otras manos pobres, cae una moneda en sus manos roídas, por dentro se estremecen… y si unas manos cuidadas le acercan un billete, lo besan, bendicen y miran sin llegar a ver al cielo… a veces, entre ellos y mi apuro, revolotea una sonrisa, y la guardan como un tesoro sin demora… todo lo que pasa delante de ellos, algo mendigan… una excusa por la prisa, por lo poco, por lo nada, una súplica a lo alto, una respuesta clara al misterio de la vida… ahí siguen los pobres, los necesitados, ¿los mendigos?, regalando sus presencias, mientras yo voy y vengo, entro y salgo, mendigando… “le llevaban (a Jesús) a todos”… la #rosasinporqué sabe de necesidades y de mendicidad, la gratuidad la obliga a esperar todos los días el rocío que la mantiene viva… ¿qué haces por los necesitados que se te cruzan por el camino?, ¿te reconoces también mendigo?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 4,12-17.23-25)…