Persigues una altura… no te asusta

… persigues una altura… no te asusta, por el contrario: te invita… ahora mismo afirmas tu entrega cuando ofreces no lo que te sobra sino todo lo que posees para vivir… ya no das, te das… no andas contabilizando lo que das, al darte lo haces sin peros ni reservas… muchos ríen y otros lloran al verte ser así… no entienden lo que haces porque no entienden quien eres… casi una «multitud» te ignora, ¿qué más da?… creciste en la escuela de la gratuidad, y no entiendes de mezquindades y mediocridades… Alguien te enseño a darlo todo, no sabes ya vivir de otra manera que desviviéndote a diestra y a siniestra… terminas el día sin nada, ¿qué importa si los que amas han quedado repletos?… ¿despojado de obras y de méritos?, ¿crees que es importante almacenar títulos, recomendaciones, garantías y mil cosas más?… preguntas un tanto ridículas si piensas en la gratuidad… pierden la partida quienes se tuvieron por vencedores… no te afanes por «contar»… no es eso, no se trata de cantidades… el Amor más sabe de intensidad, de calidad, que no de cantidad o de contabilidad… la #rosasinporqué nada se guarda para sí cuando da, se da gratuitamente ella misma en lo que da… ¿das o te das?, ¿andas contabilizando tu entrega?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 21,1-4)…