Permanecer en el amor y vivir fielmente enamorado

… permanecer en el amor y vivir fielmente enamorado te aleja de las orillas y de la superficie, y te adentras cada vez “más hondo” en el corazón del amado, de la amada… llegará el día en que, al cerrar los ojos de afuera, se abrirán los ojos de adentro y contemplarás al amado, a la amada, con tanta y mayor nitidez, vivacidad y calidez que cuando estaban frente a frente o caminando juntos tomados de la mano… como el amar es un “habitar”, y no un simple estar, terminan los amados inhabitándose mutuamente… además, al amar te “asemejas” al que amas, de tal manera que en su corazón te sientes en casa… su corazón es tu casa, tu hogar… no eres un invitado, un huésped o un turista, no, no… ese corazón es tu corazón… por eso “no ver” al amado, a la amada, causa tanta tristeza… la ausencia del amado de la amada, se pena y llora… una tristeza que los “otros”, los de afuera del corazón, no entenderán… ahonda más y más la relación con los tuyos amados, estos vínculos no son cadenas sino lazos invisibles de detalles enamorados… la #rosasinporqué habita en el corazón de quienes ama, por eso gratuitamente los ve todas las mañanas… ¿tienes pintados o grabados los rostros de los tuyos amados en tu corazón?, ¿cuidas los vínculos afectivos y espirituales entre los tuyos?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 16,16-20)…