… percibes la pregunta que viene desde siglos atrás: “Adán ¿dónde estás, dónde te has escondido?”… la gratuidad te lleva sin violencia al “lugar” de tu vida… quisieras sentir un fuerte empujón que te lleve a un lugar mejor, a un lugar de los que llamas «habitable»… pero la gratuidad no te lleva con sonoridad alguna, ella te recibe y te lleva «simplemente» en silencio… el «lugar», que es más allá de cualquier lugar, está en ti y fuera de ti, y no tiene apariencias engañosas… la confianza va descubriendo ese “lugar” en quietud inigualable, a pesar de asaltos y molestias exteriores… ¡ese «lugar» existe!, la dimensión de la gratuidad no es una quimera, es el camino a la felicidad a cada instante… tu corazón “habita” dónde están tus amores, y más está en ellos que en ti… misteriosa “expropiación del yo” que el enamorado no se resiste ni denuncia… expropiado de ti, tu corazón se dilata y ensancha y crece y es feliz habitando en otros… la única manera que el amor sobreviva es que se desviva inhabitando en los corazones amados… la #rosasinporqué inhabita en quienes la reciben gratuitamente, más vive en ellos que en ella misma… ¿vives donde tus amados?, ¿te resistes a dejar tu yo y no sabes lo que es habitar e otros?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 14, 21-26)…