Pasan los años y sigo igual

… pasan los años y sigo igual… tu Palabra llega a mis oídos pero no desciende, profunda, hasta mi corazón… veo las Maravillas que realizas entre mis hermanos y en mí mismo, pero distraído, preocupado o superficial, no las valoro como tesoros escondidos, perlas finas o los imprescindibles e insignificantes granos de mostaza con que vas sembrando tu Reino en los surcos abiertos de nuestras vidas… te sigo, ¡pero qué poco convertido a tu amor!… rezo, ¡pero qué poco convertido a tu oración!… Señor, pronuncio nombres que en mí no se han convertido en tu imagen… cargo golpes que en mí no se han convertido en tu ternura… me escuecen insultos que en mí no se han convertido en tu humildad… me cercan situaciones que en mí no se han convertido en tu esperanza… conviérteme, Señor, en tu imagen, en tu ternura, en tu humildad, en tu esperanza… ¡conviérteme, Señor, en Ti!… la #rosasinporqué todo lo aprovecha para convertirse en acción de gracias, alegría y paz… ¿te crees suficientemente convertido?, ¿dispones tu corazón para seguir convirtiéndote?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 21,28-32)…