“Orar”, pero no según mi antojo

… “orar”, pero no según mi antojo… “ayudar”, pero no de cualquier manera… “ayunar”, pero sin hacer dieta… es que, Señor, las cosas las puedo hacer mirándome a mí para quedar satisfecho conmigo mismo o para que me miren y aplaudan, o dejándome mirar por tu Padre y Padre mío… “… mírame, Padre nuestro y mío, mírame con tu mirada llena de ternura y lenta para el enojo… que yo sienta posarse sobre mí tu mirada libre, sin esclavitud de reglamentos pero invitándome a mandamientos… mírame sin la indiferencia que ignora, sin la distancia que congela, sin la codicia que compra… que tu mirada en lo secreto de mi corazón se pose en mis sentidos y se filtre hasta los rincones inaccesibles donde te espera mi yo desconocido… ese yo sembrado por Ti desde mi inicio, y que germine así mi mañana rompiendo en silencio con el verde de sus hojas la tierra machacada que me sepulta y que me nutre… déjame entrar dentro de Ti, para mirarme desde Ti, y sentir que se disuelven, tantas miradas propias y ajenas que me deforman y matan…”… oraré en secreto, ayudaré en secreto, ayunaré en secreto… la #rosasinporqué evita toda exposición y espectáculo, la gratuidad la hace ser discreta en todo lo que hace… ¿bajo qué mirada te mueves y vives?, ¿eres discreto y prudente o un atolondrado que no le importa nada?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 6,1-6.16-18)…