En ocasiones, repetidas con no poca frecuencia, lamentas detenimientos y fracasos

… en ocasiones, repetidas con no poca frecuencia, lamentas detenimientos y fracasos… esto es: ¡lo lamentas!… la experiencia de los límites te hace retroceder o te detiene, tal vez en un lugar no deseado… pero el hecho es ese: te detienes y un vago sentimiento de frustración no te deja en paz… y esto es así porque no acabas de convencerte que tu vida no consiste en los éxitos o en el aplauso estridente… tu vida es gratuidad y gratitud, y nada hay tan fecundo como la “gracia”, el don, lo que recibes y no lo que haces o logras… ¡anímate, pues, a perder y aprende!… anímate a pasar de largo, a no detenerte en las necedades de triunfadores y triunferos, ¡no desfiles ante los ojos atónitos de los que todo olvidan!… deja, deja las cosas allí donde están, que no irán a buscarte o a pedirte lo que tú piensas que posee algún valor… aprende de tus errores y de los ajenos, súfrelos y supéralos… la #rosasinporqué recibe todo como enseñanza, por eso no deja de dar las gracias a pesar de los errores… ¿conviertes toda situación en ocasión de gratitud?, ¿eres más maestro que discípulo?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 1,21-28)…