No se puede perdonar desde la estricta justicia, sólo el amor da a luz al perdón

… no se puede perdonar desde la estricta justicia, sólo el amor da a luz al perdón después de haberlo gestado en las entrañas del corazón… el dolor, el orgullo, la propia dignidad, cuando es violentada, gritan pidiendo “justicia”, buscando “reparación”, exigiendo “venganza”… ¿ver algo de humanidad en los verdugos?… es imposible creer que haya perdón para quien clava en una cruz a su semejante… sin embargo, el hombre, todo hombre y mujer, conserva su capacidad de amar en las circunstancias más adversas… y todo ser humano, hasta el que es capaz de las acciones más abyectas, sigue teniendo un germen de humanidad que permite que haya esperanza para él… y atreverte a verlo, ¡es hermoso!… amar lo amable, no es amor con todas las letras… amar es ponerte de almohada para el cansancio de cada día… amar es ponerte de sol vivo en el ansia de la semilla ciega que perdió el rumbo de la luz, aprisionada por su tierra, vencida por su misma tierra… amar es desenredar marañas de caminos en la tiniebla… ¡amar es ser camino y ser escala!… amar es este amar lo que te duele, lo que te sangra por dentro… es entrarte en la entraña de la noche y adivinarle la estrella en germen, ¡la esperanza de la estrella y del mañana!… amar es perdonar, y lo que es más que perdonar, es comprender… amar es abrazarte a la cruz, y clavarte en ella, y morir y resucitar… amar es perdonar, y perdonar es dar otra, y mil veces, vida sin más de más a quien te ofende y daña… la #rosasinporqué ama y perdona, la gratuidad le permite acariciar con sus pétalos y le impide herir con las espinas de su tallo… ¿probaste perdonar?, ¿perdonas de corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 18,21 – 19,1)…