No necesito ponerte a prueba

… no necesito ponerte a prueba para tener la certeza de saber Quién eres… no necesito que me demuestres la fidelidad de tu amor ya que me abrazas todo el día… no necesito explicaciones para aclarar lo que sólo el abandono y la confianza logran entender cuando uno se deja amar… me curaste, Señor, en el templo, sin que yo te lo pidiera… desde entonces siento tu respiración en mi nuca, pero cuando vuelvo el rostro para verte, dejo de percibir tu aliento… desde entonces navegas en mi sueños con música y brisa, pero cuando controlo las velas para llevarte a mi bahía, me encuentro soñando solo… desde entonces me fascina tu fantasía con los colores del alba, pero cuando quiero apresar el rojo y convertirlo en mi anillo, tu pintura desaparece… desde entonces te asomas en el destello de los ojos gratuitos, pero cuando intento engarzarlos en el collar de mis abrazos solo siento tu ausencia… ahora sé que tu “llegar”, Señor, es pasar siempre y siempre quedarte si mi hondura no es puño sino manito abierta… la “rosa sin porqué” se dejó amar gratuitamente, no necesita ninguna demostración para abandonarse y confiar… ¿te dejas amar?, ¿buscas explicaciones y pones a prueba porque no confías ni te abandonas?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 6, 6-11)…