Nada tan temible como el temor y la duda

… nada tan temible como el temor y la duda… nada tan temible como la «vacilación» que se manifiesta cuando juzgas probable lo improbable temible… como cuando quien tiene que estar, no está… como cuando quien debe cuidar, no cuida… como cuando se necesitan abrazos, y no se encuentran… como cuando se pide una mano amiga, y aparecen garras interesadas… pero, sobre todo, como cuando el amor compartido, disfrutado, peleado y sufrido, parece que fue una fantasía… fantasmas sobre las inestables aguas de encuentros no valorados, recuerdos aguados del pasado no celebrado, ecos distorsionados de diálogos interrumpidos… ¡qué poco se cuida el amor vivido!, ¡con qué ligereza los atardeceres se anticipan!… deja que tus amores se identifiquen como tales… no temas decir que amas, una y mil veces… cómo necesita el corazón temeroso y la vida herida que le digan: “¡aquí estoy!, soy yo que te amo”… la #rosasinporqué vive sin fantasmas, el amor gratuito se hace presente y le dice que la ama… ¿cuáles son tus temores?, ¿dejas que te digan que te aman?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 6,16-21)…