Muy pocas veces fuego

… muy pocas veces fuego, las más de las veces brasa… encendido, perseverando, prevenido y dejando que el viento o la brisa del Espíritu sople sus gemidos inenarrables en la geografía de mi vida para la vida de los que me han sido confiados… para ser brasa en el centro del hogar, hay que haber ardido enteramente, hasta el corazón de la madera… sólo así la brasa será fuego contenido sin manchas negras de nostalgia vegetal, sin añoranzas de brisas y de ríos… la brasa agradece la ceniza que la cubre, la esconde y la protege, no necesita llamaradas que reclamen atenciones… su intimidad naranja caldea sin dar miedo, y en su ternura sobria nadie se calcina… vive lenta y duradera, ni crepita quejas ni seduce soledades… como memoria tibia de encuentros libres que sonríen por la vida, ama su borde de ceniza… hago memoria agradecida en un año inédito de soledades insoportables… nada se escapa a tu Providencia, Señor… nada escapa a tu designo de bien y de felicidad… misericordiado, misericordio siendo brasa, para que alguna chispa enciendo otros fuegos… la #rosasinporqué se mantiene encendida como brasa de gratuidad para encender en otros su fuego sin porqué… ¿te mantienes encendido en la esperanza y la oración?, ¿contagias en otros tu fuego por la vida?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 21,24-36)…