Mes de San José (24)

Soñador silencioso que por el silencio que brotaba de tu corazón enamorado percibías la realidad en su grandeza y en su pequeñez. El silencio no se hace, surge como un manantial cristalino del corazón orante. El silencio era para ti la distancia adecuada para no avasallar ni para ser indiferente. Tu silencio era la música ambiental de la casita y del taller de Nazaret. Te pido la gracia de ser silencioso para escuchar a mis hermanos en sus necesidades y a la creación que me habla de Dios. No me dejes caer en la tentación de hacer silencio.

Amén.