Me sedujiste, Señor

… me sedujiste, Señor, y me dejé seducir, fue una lucha desigual y pudiste con mi ceguera y terquedad… viniste a mi barro y lo perfumaste con tu entrega, me llamaste amigo y me sentaste a tu Mesa, derribaste mi vanidad llevándome al último lugar para que sirviera, me arrancaste el corazón de piedra y me diste el tuyo para que misericordiara, te pusiste en mis manos para que te distribuyera… desde entonces, Señor, imposible renunciar a este llamado donde corre mi vida, tropieza mi mezquindad y se gesta tu Iglesia… imposible no jugar con tus niños, acompañar a tus jóvenes, ayudar a tus familias… imposible renunciar al Horizonte silencioso que me alimenta con su luz creciente en el alba, y me purifica con sus rayos de ausencia roja cada tarde… imposible dejarTe subir y bajar solo, resbalando con pies de laburante en el lodo cotidiano… imposible dejarTe esperando solo en el silencio, donde creamos juntos la estrella de la noche y el resplandor esperanzado de la mañana… me dicen “padre”, “cura”, “sacerdote”, porque es Ti a quien buscan y esperan… la #rosasinporqué vive de la gratuidad, por eso ilumina, agradece y celebra… ¿rezas por los sacerdotes que han estado presente en tu vida?, ¿rezas y haces algo por las vocaciones sacerdotales?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 15,1-2.10-14)…