… me gusta ver los colores de Argentina en los deportistas que nos representan… me gusta ver flamear nuestra bandera en alguna que otra Escuela, Colegio o Institución… me gusta ver a los niños actuar para el 25 de Mayo ante la mirada orgullosa de sus padres… pero la verdad es que la mayor parte del tiempo, con excepción de esos breves carnavales de solidaridad selectiva en respuesta a desastres particularmente terribles, esos lutos selectivos ocasionados por la muerte repentina de un ídolo, o esos estallidos igualmente breves aunque especialmente explosivos y escandalosos de patriotismo selectivo durante los mundiales de fútbol… los “otros”, la Patria importa muy poco… es tan enfermizo el individualismo que nos hemos permitido, es tan nefasta la opción de mi bien particular a costa del bien del resto, es tan hipócrita el declamar de la mayoría de los políticos… que la Patria no significa nada… por eso, mucho más me gusta la mamá y el papá que piensa en su familia educando a sus hijos en el bien y saliendo a trabajar… mucho más me gusta el joven que piensa más en el mañana que en ir a bailar… mucho más me gusta el político que termina su gestión de gobierno más pobre de lo que empezó… mucho más me gusta cuando hablamos menos y hacemos más… los colores de la Patria no se usan como disfraz, se visten con orgullo y humildad… la #rosasinporqué se viste de azulceleste y blanco, porque todos los días por la gratuidad hace Patria… ¿reconoces que el patriotismo no es un sentimiento sino una dimensión del hombre virtuoso?, ¿te das cuenta que Dios te hizo nacer en esta tierra bendita y que lo que Él ha unido tu no debes separarlo?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 10,1-12)…