Mal humor lo tenemos todos

… mal humor lo tenemos todos… hay momentos en que se te cruzan los cables, o andas molesto por algo, o las circunstancias que sean te tienen sombrío… no se trata de que uno tenga que estar abonado a la quietud, pero sí se trata de no llegar a esas situaciones en las que el mal humor te domina y te lleva a donde no quieres… porque de esto se trata con la ira, de preguntarte si estás controlado, o si una emoción -en concreto, el enfado- se vuelve tan intensa que no eres capaz de dominarte… y conviertes la irritación en agresión a los otros, al mundo, a los objetos, a lo que se te ponga por delante… el problema de la ira es que convierte al que está airado en un bruto, un energúmeno que, poseído por su enfado, rabia o indignación por lo que sea, se salta los límites básicos y agrede… la ira te lleva a decir lo que se clava en el otro como un puñal hiriente, la ira solo deja detrás tierra devastada… frente a la ira, la alternativa no es la paz de los apáticos, aquellos a quienes nada afecta… es, más bien, la pasión de quien no olvida, por más intensidad con la que viva las cosas, al prójimo… a veces será calma, y otras enfado, pero siempre respeto… a veces será silencio, y otras palabra, pero nunca insulto… implicará conflicto en ocasiones, pero sin convertirse en algo personal… la #rosasinporqué no se enfada, no insulta ni agrede, la gratuidad le permite respetar las diferencias y soportar las ofensas… ¿cómo reaccionas ante las ofensas y las agresiones?, ¿posees la capacidad de dominarte ante los insultos y las afrentas?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 5,20-26)…