Lo que retengas lo perderás

… lo que retengas lo perderás, lo que ofrezcas lo conservarás… el amor que retiene, encadena y mata… el amor que ofrece, libera y da vida… ofrecer sólo se puede con los dedos abiertos, en la mano extendida, con el pan libre y nuestro, en camino hacia el otro, como un vuelo, para que pueda ser acogido, no arrancado por la fuerza, ni seducido por la astucia, ni adquirido por el que paga… no hay ofertorio con puños cerrados, corazón posesivo, inversión calculada… no son sólo los brazos del sacerdote los que se elevan con el pan en alto… son los brazos de todos, la comunidad entera que ofrece algo ungido por su trabajo y por su alegría, lo más puro de sus sueños… un pan de todos, sin marcas, ni propietarios, un pan liberado, un horizonte suspendido en lo alto del esfuerzo convocando todos los brazos hacia el mañana… Señor, tú eres la Palabra que se ha hecho Pan ofrecido que no pasará jamás… dame, Señor, superar los abismos y las grietas para gestar una comunidad donde se pueda ofrecer un pan en el que quepa el corazón de todos… aquí están mis brazos, aquí están mis manos con el pan de mis hermanos… la #rosasinporqué vive ofrecida en gratuidad y, así, permanece donando a todos vida y alegría… ¿ofreces o retienes?, ¿qué cosas y qué personas permanecen en tu vida y en tu corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 21,29-33)…