Lo que llamas «equivocación», y tanto te preocupa, es frecuente

… lo que llamas «equivocación», y tanto te preocupa, es frecuente… una “equivocación” te parece algo como así como un “olvido” que no te perdonas fácilmente… es como una “levadura” sobre tu orgullo: “¿cómo yo me pude olvidar?”… sin embargo, una “equivocación” puede ser muy fecunda… las “equivocaciones”, y los “olvidos”, te “ubican” en la realidad de tu pequeñez falible… se te abren horizontes siempre nuevos, aún cuando haya habido peleas por haberse “olvidado el pan”… deja de lado esos “ruidos, si les prestas atención se vuelven más potentes… mira que todo cabe, de alguna manera, en una flor… ningún perfume es más hondo que el más suave… ninguna «mirada» más sublime que la delicadeza de los ojos que te aman… ninguna nave es mayor que una cáscara de nuez… la #rosasinporqué aprovecha las equivocaciones y los olvidos, la gratuidad la hace fecundamente humilde en todas las situaciones de la vida… ¿te lamentas y te quejas cuando te equivocas u olvidas alguna cosa?, ¿aprovechas todas las situaciones que se te presentan para madurar en gratuidad y humildad?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 8,13-21)…