Las heridas son puertas entreabiertas al misterio de la vida

… las heridas son puertas entreabiertas al misterio de la vida, allí donde el dolor abre la carne hay gritos de parto que advierten el deseo de vivir… en cada herida retorna, entonces, el anuncio de una reparación, el deseo de un alivio, la esperanza de una cicatriz… las heridas de una cruz que Dios no da, sino que ayuda silencioso a cargar, te revelan el ardiente anhelo de una pascua que te murmure al oído que las lágrimas limpian los ojos para ver mejor el sentido de tu historia magullada… cuando las heridas son de muerte, cuando lo que es deja de ser, comienza la nueva vida, esa que verdea en los bordes de la herida y te regala la esperanza de que es posible siempre reescribir tu propia historia con el lápiz de la gratuidad… si puedes hacer, hoy, alguna cosa, si puedes realizar algún servicio, si puedes decir algo bien dicho, hazlo… si puedes arreglar un fallo humano, si puedes dar fuerzas a tu prójimo, si puedes alegrarlo con tu canto, hazlo… si puedes ayudar a un desgraciado, si puedes aliviar alguna carga, si puedes irradiar más alegría, hazlo… si puedes hacer el bien, hazlo bien… la #rosasinporqué hace bien el bien con su presencia agradecida, aliviando y sanando, consolando y animando… ¿intentas hacer bien el bien en todo momento sin condicionarte por las circunstancias?, ¿ves las heridas propias y ajenas como surcos donde sembrar esperanza y vida nueva?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 6,6-11)…