La tentación más grave contra la caridad es la mediocridad

… la tentación más grave contra la caridad es la mediocridad, y contra la gratuidad la mezquindad… por tibieza, sin ser ni fríos ni calientes, por temor a perder lo que parece dar seguridad y confianza, muchos sienten la necesidad de no exponerse, de no hacer el ridículo, de no ser conocidos en su realidad imperfecta… esta tibieza y temor, tiene su origen en la soberbia que, solapada, acecha la pretensión de perfección puritana… entonces se cae en la tentación de esconderse en el derecho, en las normas, en la costumbre con el fin de librarse de ser generosos, creativos, radicales, en la vida y en la entrega… “nada de ser fanáticos”, se argumenta… con esta actitud, no serás capaz de afrontar radicalmente los problemas que te atosigan y contaminan tu entorno… la justicia, siempre necesaria pero insuficiente, es más lenta que la caridad… la caridad, en cambio, siempre vuela… la gratuidad tiene alas y necesita llegar antes, sino se adultera y le quita frescura y pasión a la existencia… la #rosasinporqué tiene alas para correr hacia quien necesita paz, alegría y sencillez, la gratuidad la hace pronta, ágil y bien dispuesta… ¿das muchas vueltas para dar una mano?, ¿te arriesgas a ayudar a pesar de poder cometer errores o a hacer el ridículo?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 20,1-8)…