La puerta estrecha no es un portón por dónde entran los colados

… la puerta estrecha no es un portón por dónde entran los colados, el camino angosto no es la avenida de la displicencia… la vida es hermosa, pero es cosa seria… la soledad, el miedo o el cansancio llegan cuando quieren y como quieren, y llegan sin preguntar… unas veces despacito, “poquito a poco”, y se va filtrando el frío del desánimo por las grietas que dejas.… otras veces llegan de golpe, la soledad, el miedo o el cansancio entran derribando todo y a todos… tu equipaje será ligero, porque en la puerta estrecha muchas cosas se quedan… tendrás que dejar tras de ti la carga inútil: las dudas que paralizan y no te dejan mover, los temores que te impiden la esperanza cierta, las cosas que te encadenan o te sueldan… tendrás que dejar tras de ti el espejo de ti mismo y llevar todo aquello que no pesa: muchos nombres con su historia, mil rostros en el recuerdo, la vida en el horizonte, sueños que se comparten mientras el camino común va haciendo huella… la #rosasinporqué siendo responsable y seria con la gratuidad recibida, no deja de gozar ni de disfrutar cada mañana como una gracia inmerecida… ¿te esfuerzas por pasar por la puerta estrecha de la responsabilidad o buscas el portón para colarte?, ¿prefieres la avenida del anonimato y de la circulación rápida u optas por el camino angosto de los pasos lentos y de los encuentros personales?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 7,6.12-14)…