… la presencia de la gratuidad es la misma gratitud en palabras, gestos y actitudes… disposición plena de un instante de duración que perdura en el tiempo… la gratuidad convierte el minuto en eternidad, sin reservas y sin cálculo… es la gratuidad presencia que todo lo llena de alegría y fundamenta… no te hallas en una fábrica con horarios ni debes marcar la entrada o la salida… todos los recodos y todas las situaciones de la vida presente están ahí para recordarte e indicarte acerca de la gratuidad… te hallas en un lugar «imposible», en un no-lugar, que es hondura inaudita… nada tan sublime como la gratitud que no se proyecta ni se programa demasiado… al agradecido se lo encuentra aún en el fárrago, aún en la sorpresa… la gratuidad está, siempre más aquí… no, no has de fabricar la acción de gracias, la gratitud no sabe de preparaciones, está siempre y todo lo abarca cuando vives la gratuidad… es un esplendor de madrugada que no aguarda la tibia tarde primera… ¡clamor, canto, llamada!… más allá de la frontera, ya se eleva esa musical fragancia por encima de las cáscaras y las máscaras… la #rosasinporqué vive la presencia de la gratuidad con la gratitud en todas las cosas, nada impide su acción de gracias… ¿vives dando las gracias a pesar de las circunstancias adversas?, ¿la presencia de la gratuidad la transparentas en palabras, gestos y actitudes?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 17, 20-25)…