… la parálisis es inmovilidad, parcial o total… los seres vivos poseen movilidad intrínseca, autónoma e inmanente, nadie los mueve, ellos poseen el principio vital en sí mismos… por eso, en la antigüedad, la parálisis era un anticipo de muerte… el desorden que llamamos pecado, no es solo cometer infracciones en el tránsito moral de la existencia, es inmovilidad, es parálisis de la vida con Dios y con los hermanos… hay paralíticos de buenas sonrisas: incapaces de alegrarse por el vuelo de un pájaro, el espectáculo de una flor, las chiquilinadas de los pequeños… hay paralíticos de buenos pensamientos: todo lo ven torcido, oscuro, endemoniado… hay paralíticos de buenas palabras: tórridos en las expresiones para herir, dañar, denigrar… hay paralíticos de buenas acciones: profesionales de la gambeta, de los desencuentros, de las trampas… amigo y amiga de la rosa, ¡déjate buscar para mejor hallarte!… ¡déjate desasosegarte para no banalizarte!… ¡déjate provocar para no resignarte!… ¡déjate encontrar para empezar a cambiar!… ¡déjate sincerar para no disfrazarte!… ¡déjate perdonar para empezar a perdonar!… y ¡déjate amar para de una vez comenzar a amar!… la #rosasinporqué no necesita de camilla ni de muletas, la gratuidad le evita toda inmovilidad o parálisis… ¿necesitas de camillas y de muletas?, ¿ayudas a los tuyos en sus parálisis o los dejas en sus camillas y muletas?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 9,1-18)…