La parálisis en el amor se llama “ingratitud”

… la parálisis en el amor se llama “ingratitud”… y la “ingratitud” solo se cura cuando te perdonan y perdonas… si no quieres recibir el perdón y no quieres perdonar, te quedas postrado en el amor… tu vida, aunque no te des cuenta, queda paralizada con la “ingratitud”… no hay “amores que matan”, ni “amores que enferman”… únicamente existe el amor que lo es… y el amor que lo es, es gratuito… no se vende, no se compra, no se alquila… casi imposible de definir… Lope de Vega decía que solo “quien lo probó lo sabe”… quien lo ha experimentado, aunque sea una sola vez, ya no se puede callar ni dejarse engañar, y tampoco le gusta que estafen a otros… el amor no se puede exigir, se recibe… no somete, se ofrece… no asfixia, sino que da alas… no evita los problemas, da la cara… no es prepotente, porque se sabe débil… no es soberbio, se deja corregir… no se queda con una parte, porque le gusta el todo… no le gusta el rencor, prefiere el perdón… no escucha de pasada, guarda las cosas en el corazón… no hay diccionario que contenga su significado… el amor te hace caminar, y el perdón te hace dejar las muletas y la camilla… la #rosasinporqué se deja perdonar y perdona, por eso es siempre agradecida y no sufre la parálisis de la ingratitud… ¿te dejas perdonar y perdonas o vives paralítico en rencores y resentimientos?, ¿ayudas a tus amigos a que se dejen perdonar y perdonen?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 5,17-26)…