La noche seduce pero engaña, pretende imponer su sábana de oscuridad

… la noche seduce pero engaña, pretende imponer su sábana de oscuridad opacando toda esperanza… pero quien conoció la gratuidad tiene vocación de «aurora», de encontrarse y descubrirse en el amanecer, en la primera claridad de la mañana… es aquí, en esta diáfana hora, cuando se te revela el origen virginal de todas las cosas… todo «nacimiento» comporta la desaparición de los límites que te protegían… ya no tienes esas «seguridades» que parecían garantizar tus pasos y, de un modo u otro, darte la razón… ahora el “suave abandono” en el amor que se te tiene ocupa el centro de tu corazón… cuando desaparecen las fronteras brotan las flores nuevas, es el anuncio de ese nacimiento que siempre eres… no son los armazones, ni los tornillos, ni las tuercas por más ajustadas que estén, quienes te dan seguridad… sólo el amor, sólo el amor… arrojo, pues, y paz que siempre amanece… la #rosasinporqué acepta nacer todas las mañanas y, así, la gratuidad la embellece con confianza cada vez más… ¿buscas de noche la luz que te ilumine?, ¿aceptas nacer de lo alto o sólo te arrastras en lo bajo?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 3,1-8)…