… la imagen, y la figura, del pastor se aplica a todo aquel que cuida la vida de los que le son confiados, poniendo y exponiendo su propia vida en el pastoreo… el pastor no es un asalariado, un empleado, tampoco es un voluntario con buena voluntad… el pastor no es meramente un guía, un líder, un conductor… ¡el pastor es más un papá y una mamá!… por eso, ser “pastor con olor a oveja” es ser “papá y mamá con olor a hijos”, es ser “maestro con olor a alumnos”, es ser “médico, o enfermero, con olor a enfermos”, es ser “dirigente político con olor a calle, a fábrica, a oficina”, es ser “cura con olor a misericordia”… ¿quieres ser pastor?… vela y cuida de los tuyos, se árbol frondoso que dé sombra al cansado, se fuente donde beba el sediento, se canción que inunde los silencios, se libro que descubra horizontes remotos, se poema que deshiele un corazón frío, se papel donde se pueda escribir una historia, se risa en los espacios tristes y semilla que prende en el terreno yermo, se carta de amor para el solitario y grito fuerte para el sordo… pastor, árbol o fuente, canción, libro o poema, papel, risa, grito, carta, semilla… “… lo que Tú quieras, lo que Tú pidas, lo que Tú sueñes, Señor… eso quiero ser, ¡nada más!…”… la #rosasinporqué se sabe amada gratuitamente, por eso ama gratuitamente entregándose sin vueltas ni vueltos… ¿te reconoces pastor o asalariado, pastor o empleado, pastor o voluntario?, ¿aceptas tu ser pastor a pesar de tu fragilidad, debilidad y miserias?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 21,15-19)…