La imagen de un Jesús repeinado, recién salido del gimnasio

… la imagen de un Jesús repeinado, recién salido del gimnasio, triunfante y pura facha ha vaciado una devoción que es síntesis de la fe católica: la encarnación de un Dios implicado de tú a tú con la humanidad… la verdad es que el Señor no te observa pasivamente sino que se “embarra”, camina a tu lado, haciendo su Corazón carne a la vera de tu vida… en ese horizonte nace un encuentro único e inolvidable y brota una oración bellísima de liturgia cotidiana, que habla de un amor infinito, gratuito, sincero y cercano… te dice de un Dios que “ve con ojos de misericordia”, que tiene un corazón como el tuyo… misericordioso es quien pone el corazón en medio de la desgracia ajena, es quien mira el sufrimiento cara a cara y no se espanta… el misericordioso está lleno de miserias, no propias sino ajenas y las absorbe… sostener al que llora y sufre, vivir todo con gratuidad, perdonar siempre, comprometerse hasta embarrase y perfumar: son formas de poner el corazón en juego, de practicar misericordia, de amar en serio… hasta que no seas consciente de que eres infinitamente amado, esperado, acompañado, no lo vas a comprender… el amor no supone conquista, sino entrega, lanzarse, apostar, abrazar, acoger, desvivirse, como el corazón de Jesús… la #rosasinporqué es gratuitamente misericordiosa, nunca se queja y siempre está con una sonrisa bien dispuesta… ¿te desvives por quienes amas?, ¿confías en quienes tanto te aman?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 19,31-37)…