La abundancia excesiva de “cosas” y de “cuestiones” acaba por trabar los caminos y dejarte inmóvil

… la abundancia excesiva de “cosas” y de “cuestiones” acaba por trabar los caminos y dejarte inmóvil… ahonda en la gratuidad y hallarás lo que no se encuentra en la multiplicidad o en la confusión… otro tanto ocurre con lo se llama “actividad”, esa obsesión por hacer esto o aquello, que termina por dejar todo postrado y sin los resultados apetecidos… no es bueno que te disperses con una “preocupación hipócrita” y que tengas por fecundo lo que nunca acontece… ¡cuántas veces te lamentas por no alcanzar esos objetivos o aquellos otros resultados!, ¡y cuánto te equivocas cuando generas “una preocupación tras otra” para darte la sensación de que “haces algo”, de que estás al día y a la hora!… esfuérzate por aprender la confianza en suave abandono y alégrate si has de “aguardar” un poco más… esos espacios son riquísimos para meditar, para orar, para caminar, para vivir… el “culto” de la “oportunidad” no es “absoluto”, es levadura farisaica… en el fondo está el diablillo de la “competencia” empujando sin ton ni son para que te tengan por “mejor”… la superficie esconde siempre la hondura… la #rosasinporqué rompe los caparazones y penetra más adentro, ¡aunque no la vea nadie!, anda sin ser notada, sin presunción alguna, en silencio… ¿vives como si confiaras en la Providencia pero te asalta una preocupación tras otra?, ¿estás enfermo de competencias sin ser competente?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 8,14-21)…