Invitado a la vida y así, Señor

… invitado a la vida y así, Señor, buscarte en los encuentros, invitado a ser para los demás y ser feliz, invitado a estar Contigo y a olvidarme de mí mismo… no me ha llegado todavía la invitación, pero sé que está a las puertas… nada más podría retenerme en estas paredes de silencio expirando soledades… mi deseo de tu Encuentro sigue ahondando ausencia y, cuando te muestres, seguirá tu Presencia encendiendo mi deseo… en esta espera lenta sea afinan los sentidos, un reflejo fugaz es un mensajero de luz, y en el rumor más tenue ya hierve toda la vida, aguardando la invitación… al salir a los encuentros en toda ausencia humana, esas que deambulan por las calles, o esas que están del otro lado de la pantalla, te percibiré mejor a Ti en mínimas señales, pues no puedes brillar tanto que ciegues mis sentidos… ¡invítame a estar Contigo en mis hermanos!, y no tendré excusas para hacerme el distraído… la #rosasinporqué acepta la invitación a la gratuidad y, así, todo lo convierte en oportunidad… ¿te sabes un invitado y valoras la invitación?, ¿te vistes de fiesta con el traje de la alegría y de la confianza para los encuentros?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 20,1-14)…