… hay muchas palabras que sería mejor callar, porque sólo hacen ruido, porque estorban o porque dejan el mundo, y tu mundo, peor que antes de que se dijeran… vacías son las palabras que hieren, las palabras que insultan, las palabras de queja cuando ni siquiera ayudan a desahogarse sino sólo a agrandar los problemas… vacías son las palabras que dices por quedar bien, sin necesidad, las palabras que enturbian relaciones, las palabras que atacan, las palabras que dices por el gusto de oírte a ti mismo, no para comunicar algo… lo que sale de tu boca es importante, todos los días eliges con tus palabras en qué sentido quieres modificar la realidad… aunque pienses que algunas palabras son rutinarias, ninguna es inocua… vives en una sociedad empachada de palabras, los hablantes prefieren tener razón a ser felices… se escogen términos para quedar bien, para ocultar la propia debilidad… te juegas en las palabras que escoges y pronuncias, hay palabras mentirosas que engañan y dañan, hay palabras venenosas que dejan sembradas muertes, hay palabras hirientes que rasguñan el alma… la gratuidad pronuncia palabras de ternura y de paz, palabras de verdad que no se imponen por la fuerza o la prepotencia sino la realeza de la humildad… la #rosasinporqué reina humildemente sirviendo con la gratuidad a todos aquellos que la reciben alegremente… ¿reinas sirviendo o reinas mandando y gritando?, ¿eres dueño de tus palabras o esclavo de ellas?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 18,33b-37)…