Hacer la voluntad del otro

… hacer la voluntad del otro implica poner la vida en sus manos, y que él decida… hacer la voluntad del otro por miedo, es coartar la libertad… hacer la voluntad del otro por conveniencia o interés, es venderse… hacer la voluntad del otro por amor, es gratuidad… hacer la voluntad de tu Padre, Señor, no es obedecer órdenes o reglamentos como esclavos o asalariados, sino agradarle con la vida, con los gestos y las actitudes viviendo como hijos… en las manos de tu Padre, Señor, pongo mi vida, a veces dura, sin la más mínima grieta donde escarbar, impenetrable superficie, lámina de acero… a veces difusa, turbia y cambiante como una humareda donde se queman mis días secos… en sus manos amorosas de Padre dejo mis afanes y trabajos sepultados en los surcos, sólo conoceré su verdad secreta cuando rajen la tierra con sus hojas verdes y su nombre propio… en las manos de tu Padre, Señor, no sé lo que pongo, pero sé que es mío porque me enciende y a veces me congela… y sé que es Suyo y Tuyo, porque por mis grietas respiro un aroma que calma la ansiedad, y me llega un canto que no tiene estridencias… la #rosasinporqué pone su vida en las manos de la gratuidad, y alcanza la plena libertad y felicidad… ¿pones tu vida en las manos de quién o Quién?, ¿piensas que hacer la voluntad de otro es anular la tuya?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 12,46-50)…