Falta pan en el mundo, y en tu barrio, y en tu mesa, ¡no alcanza!

… falta pan en el mundo, y en tu barrio, y en tu mesa, ¡no alcanza!… y la bebida, también, ¡escasea!… esta carencia es inevitable, no es por falta de recursos o por muchos comensales en la mesa… es que ni el pan ni la bebida son verdaderos, no alcanzan para saciar los deseos infinitos del finito corazón del hombre, de tu corazón… alimentan hasta ahí, sacian la sed hasta ahí… pero una Mesa está servida, y se sirven en Ella manjares exquisitos: la Paz, el Pan verdadero, la Palabra de amor, de acogida, de justicia, de perdón… nadie queda fuera, que si no la Fiesta no sería tal… los comensales disfrutan del momento, y al dedicarse tiempo unos a otros, se reconocen, por vez primera, hermanos… la alegría se canta, los ojos se encuentran, las barreras bajan, las manos se estrechan, la fe se celebra… ¿sabías?, tu Dios se desvive al poner gratuitamente Su Mesa… la #rosasinporqué se alimenta y sacia su sed con la gratuidad, nunca queda hambrienta ni sedienta… ¿dónde alimentas tu hambre, dónde sacias tu sed?, ¿reconoces tus deseos infinitos y buscas satisfacerlos con cosas que terminan?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 6,60-69)…