Existir en Ti, Señor, en tus afanes

… ¡existir en Ti, Señor, en tus afanes, a tu ritmo y a tu tiempo!… acoger lo nuevo en el instante justo en que aparece en mi corazón, en mi diario, en mi espejo… sorprende, Señor, con su brote leve la corteza áspera de mis inviernos… quema mi presente al ritmo exacto de tu amor, llama vertical e inmóvil en la altura de la vela, que arde sin consumirse en tu Soplo imperceptible de respirar íntimo, o llama doblegada, horizontal, convulsa, casi arrancándose de la cera, por la pasión excesiva de tu Espíritu huracanado, que a ritmo de vértigo me quema y me devora disolviendo mi estatura… ayúdame, Señor, a darle un abrazo y decir adiós a lo mío que ya es otro, y tiene que recorrer su propio camino… dame, Señor, aquella paz extraña que brota en plena lucha como una flor de fuego, que rompe en plena noche como un canto escondido… dame la paz valiente de los que luchan siempre, desnudos de ventajas, vestidos con la caricia de una esperanza cierta… dame aquella paz del que ya ha vencido el miedo, aquella paz del libre que se aferra a la vida, la paz que se comparte como el agua y la Eucaristía… la #rosasinporqué es coherente con la paz que quema, por eso la gratuidad la hace entregarse toda entera… ¿qué paz es la que buscas y promueves?, ¿vives con coherencia tu vida o te acomodas según las conveniencias?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 10,34 – 11,1)…