Existen falsos “buenos samaritanos”

… existen falsos “buenos samaritanos”… es que en las mejores acciones la intención puede estar desviada, pervertida… y esto pasa cuando hay una inversión del fin con los medios… puede darse una promoción del benefactor que, ocupando el primer plano, deja al que hay que socorrer en el olvido… muchas veces, adhiriéndose a la publicidad, la caridad traiciona su primer mandamiento: la delicadeza y el silencio… para muchos la “ley del alboroto” se justifica, ante todo, por un afán de eficacia: alertar a los medios de comunicación es facilitar esas «insurrecciones de la bondad» para movilizar alrededor de una calamidad… hay falsos “buenos samaritanos”, que están allí para que los vean y cuyas figuras se interpone ante la necesidad… el espesor del ego nubla la visión de la realidad… para el ególatra la imagen es esencial y su sacrificio y entrega solo valen por la impronta que deja en un documental… su regla de oro consiste en “exhibirse” consolando a un doliente, arropando a un desamparado, llevando una bolsa de alimento… la publicidad y la apariencia son más importantes que el compromiso real que es ingrato, complejo y poco espectacular… la foto publicada rodea al pretendido “salvador” de una halagadora aureola… la #rosasinporqué no publicita su bondad ni su generosidad, la gratuidad hace que no esté atenta al reconocimiento ni al rating… ¿qué es lo buscas cuándo ayudas o das una mano?, ¿eres delicado, silencioso y respetuoso al acercarte a un hermano necesitado?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 10,25-37)…