Estar con alguien, y no conocerlo

… estar con alguien, y no conocerlo… vivir bajo el mismo techo, y parecer extraños… pasar muchos años juntos, y ni siquiera extrañarse… si la convivencia es simplemente “estar con alguien”, “vivir bajo el mismo techo”, “pasar muchos años juntos”… entonces, con el paso del tiempo, todo se vuelve estancamiento, aburrimiento, rutina… pero si la convivencia es “comunión de vida y amor”, entonces todo se vuelve frescura, novedad… cuando el “almácigo de la confianza” permite que los primeros brotes de la vida crezcan con el “incondicional afectivo” de aquel “te quiero porque te quiero”… entonces, “estar con alguien” no es “pasatiempo”… entonces, “vivir bajo el mismo techo” no es “aguantadero”… entonces, “pasar mucho años juntos” no es “resignación”… debes, pues, procurar que tu convivencia no sea “autismo solapado”, “maquillaje de buenas intenciones”, “hipocresía del qué dirán”… toda comunión de vida y amor, supone poner al otro primero… siempre, y no algunas veces… la #rosasinporqué disfruta de la convivencia gratuita, que es comunión de vida y amor… ¿cómo es la convivencia con los tuyos?, ¿qué haces para que la convivencia sea comunión de vida y amor?…. (con el Evangelio de hoy, San Juan 14,6-14)…