Escuchas en tu corazón: “¡más hondo!”

… escuchas en tu corazón: “¡más hondo!”… ¿es posible tanta pretensión?… cuando buscas «aquello» que no se deja reducir ni expresar, ¿no has de continuar sumergiéndote más allá?… la gratuidad te lleva al silencio que todo lo atiende… y el silencio responde una y otra vez… hay algo maravilloso que no puedes imaginar… está demasiado cerca, estás demasiado cerca, ¡y no por virtud tuya!… ¿para qué «mirar» desde aquí?, ¿no has de mirar, acaso, desde donde eres realmente «visto»?… los rumores y los estrépitos son muchos, demasiados, quizá… pero todo eso es «ausencia» o, tal vez, ocasión para descubrir lo más real del otro lado… no, no es el ruido que, apenas, apenas y siempre, se va… el ruido no tiene qué hacer ni qué decir, tampoco la inquietud… nada tienes que vender… sí, has de descubrir esa tenue y delicada transparencia que se te brinda en la gratuidad… es apertura llena de sentido, precisamente para ingresar más allá… para ahondar más en tu corazón florecido mil veces en el jardín secreto de tu interior… la #rosasinporqué florece hermosa en la pureza de la gratuidad, y no se adultera con la mezquindad que afea… ¿es tu mirada agradecida y se mantiene pura sin ser posesiva ni ofensiva?, ¿te atreves a amar con fidelidad enamorada sin mezquinar detalles de delicadeza?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 5,27-32)…