Es frecuente que, en determinados momentos

… es frecuente que, en determinados momentos, te encuentres «solo» en un «silencio» sin respuestas… experiencia de la “oveja sin su pastor”… sientes no sé qué vacío, no sé qué gusto a cosa «no realizada» o quizá incompleta, muy distinta de cuanto deseabas… y, sin embargo, despierta, como la aurora, en aquellos instantes, esa fecundidad que nunca aciertas a medir… necesitas el pan, pero también necesitas amor… estás hambriento y sediento, pero también te encuentras solo… ¡Dios nunca abandona!, aunque así te parezca tantas veces… sí, ten presente, no lo olvides, la soledad aquí es densidad, promesa y cumplimiento, noticia insospechada… ¡sí, en verdad hay Alguien!, y se manifiesta en modo siempre nuevo… ese sentirte “solo” y “necesitado”, es modo nuevo ya que permite y abre todas las puertas a lo esencial… nunca descuides la confianza, ni olvides que lo cierto, lo más cierto y firme, no dispone de sistemas, ni de modas, ni siquiera de «estilos» predeterminados… aunque lo que te rodea sea tan pobre, aunque el papel se quiebre, aunque el tiempo lo deteriore, resuena siempre, inefable, la Única Palabra que todo lo consuela… la #rosasinporqué se reconoce pequeña y limitada, pero por la gratuidad confía y no desespera… ¿sólo clamas por el pan o también por el amor?, ¿trabajas porque no falte el pan ni el amor entre los tuyos?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 6,30-34)…