Eres lo que miras, eres como miras

… eres lo que miras, eres como miras… es la mirada el lenguaje universal más allá de las palabras… vives de ellas, inmerso en ellas, amando o condenado, dándolas y recibiéndolas… hay miradas que matan, que cierran puertas y te dejan helado, miradas que arañan y te desgarran las entrañas, miradas que te hieren el corazón y te dejan sin palabras, que viven en el “no” y te entristecen todo el día… hay miradas que condenan, miradas que delatan, envidian y que no soportan el bien ajeno, miradas de muerte, impersonales e indiferentes, superficiales e interesadas, borrachas de soberbia, calculadoras, gélidas, sin luz y sin Dios… pero también hay miradas que curan y reconfortan… miradas que son oasis y sombra acogedora, que arropan y bendicen, miradas balsámicas que cierran grietas y derrochan consuelo y comprensión… miradas llenas de amor, que hacen la vida más fácil, miradas que no llevan cuenta del mal, que todo lo soportan y todo lo esperan… la mirada de gratuidad agradecida saca lo mejor del otro, llenándolo de posibilidades impensadas, convirtiéndolo en una maravillosa obra de arte… es la mirada que hace todo nuevo, que no desgasta o da las cosas por sabidas, que recupera la novedad de todo y de todos, que recoge de las zanjas las miradas perdidas, despistadas o derrotadas de tantos caídos que necesitan, con urgencia, de miradas de amor… si miras con el corazón, entonces amas… la #rosasinporqué mira desde la gratuidad con el corazón agradecido, por eso siempre embellece a quien la contempla… ¿cómo está tu corazón para regalar miradas de vida?, ¿culpas a las circunstancias de tus malas miradas sin preocuparte por embellecer tu corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 7,1-8.14-15.21-23)…