Eres lo que miras, eres como miras

… eres lo que miras, eres como miras… las miradas te dicen y describen, vives de ellas, inmerso en ellas, amando o condenado, dándolas y recibiéndolas… hay miradas que matan, que cierran puertas, miradas que arañan y desgarran las entrañas, miradas que hieren el corazón y dejan sin palabras, que viven en el “no” y entristecen todo el día… miradas impersonales e indiferentes, superficiales e interesadas, borrachas de soberbia, calculadoras, gélidas, sin luz, sin verdad, sin vida… pero hay miradas que curan y reconfortan, que dan vida, miradas que son oasis y sombra acogedora, que arropan y bendicen, miradas balsámicas que derrochan consuelo y comprensión… ¿quién no ha experimentado el sentirse especial ante la mirada de otro?, ¿acaso hay alguien que no se haya sentido atrapado, vulnerable, irremediablemente lleno de paz o loco de amor ante una mirada?… el Maestro de la mirada es Jesús a quien miraron con odio, condenándolo a una muerte injusta… Él nos amó primero, porque nos miró primero… Él mira como nadie nunca ha mirado o mirará jamás, sacando lo mejor en cada instante, llenándonos de posibilidades insospechadas, Su mirada nos convierte en una maravillosa obra de arte… entonces, déjate amar, y luego mira amando y ama mirando… la #rosasinporqué mira con amor y gratuitamente da vida, jamás su mirada condena y crucifica… ¿cómo son tus miradas?, ¿te dejas mirar con amor y miras con amor?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 11,45-57)…