… en una cercanía tan sencilla que me sorprende y descoloca, con gestos tan humanos que me escandalizan… ¿eres realmente Dios o una proyección de mis fantasías?… te buscaba “arriba”, impoluto e inaccesible… ¿y te abajas hasta estar sentado a la mesa y ser objeto de observaciones y de críticas?… eres la Luz, pero no una luz creada, natural o artificial, que baña las criaturas en las orillas de la piel… no eres la luz que deslumbra las miradas, ni con tu fulgor diluyes todo lo viviente… Tú eres la Luz que nos haces visibles desde adentro… amaneces cada día en el interior de los cuerpos por el oriente infinito de nuestro deseo, enciendes toda criatura y vuelves transparente el celemín que te encubre en nuestra noche… toda luz crea sombras, pero Tú eres la Luz que las disipa… ¡tantas criaturas beben ansiosas cada noche su ración de luces pasajeras en vasos seducidos!… Señor del sábado y de toda criatura, cuando yo las mire, ¿les brillará en mis ojos el reflejo amigo de tu Luz, de su luz, que las habita y desconocen?… la #rosasinporqué está iluminada por dentro por la gratuidad, por eso amanece siempre hermosa… ¿te dejas iluminar por dentro o sólo por fuera?, ¿iluminado iluminas o brillas?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 14,1-6)…